El frenesí cotidiano puede envolvernos con facilidad y hacer que nuestra vida y nuestros horarios giren en torno a nuestras prioridades. Cuando esto sucede el pronóstico es el agotamiento, la falta de tiempo, el aplazar constantemente cosas que deseamos hacer y no alcanzamos a hacerlas. Los niños muchas veces corren tras las tareas de los padres, durmiendo menos, comiendo en el auto o sacrificando incluso tiempo de juego, descanso y convivencia.
Pareciera que la vida así es, como si fuese una ola que nos arrastra sin tener poder alguno para hacer un cambio. La realidad es que si tú como papá tienes tus prioridades establecidas y administras tu tiempo alrededor de ellas, entonces tienes enfoque, estructura y un propósito para tu día. Esto no solo te beneficia a ti, sino a tus hijos también en todas las áreas de su vida. Es cierto que no se puede tener control absoluto de todo, la vida presenta imprevistos y no hay nada más valioso que ser flexible, pero también es una realidad que planificar cosas con anticipación ahorra tiempo y evita mucho estrés.
Los niños y jóvenes también necesitan horarios y rutinas. Entre más predecible sea su ambiente menos estrés les genera y pueden concentrarse en las tareas que les corresponden (como la escuela, la tarea, actividades extra escolares, etc.). Los niños pequeños incluso mejoran su comportamiento cuando saben qué va a ocurrir después ya que la ansiedad se reduce porque se sienten en control y dentro de un ambiente cuidado y estable.
Si queremos que nuestros hijos crezcan sanos física y mentalmente es crucial como padres proporcionar los siguientes aspectos dentro de su día a día para ayudarles a lograr esta meta:
- Nutrición sana y balanceada: podemos caer en la tentación de pedir comida rápida para salir de un apuro o darle dinero para que compre en la tiendita su comida de medio día porque se queda a entrenar. Esto multiplicado por el número de días que ocurre resulta ser una bomba de tiempo para generar efectos nocivos a su salud (como obesidad, diabetes, desnutrición). Organizarnos para preparar los alimentos de la semana evita compras de último momento, que gastemos de más y nos permite invertir un poco de tiempo a la semana para preparar alimentos sanos y tenerlos listos para su consumo cuando se requiere.
- Que los niños duerman mínimo de 8 a 9 horas: niños en edad preescolar requieren una cantidad aún mayor de horas de sueño (entre 10-11). El no tener un horario para irse a la cama, andar fuera en la calle muy noche, no alcanzar a bañarse o cenar antes de dormir interfiere con su descanso, salud y desarrollo. Si esto pasa de vez en cuando no hay problema, pero si se vuelve una constante en su vida su desarrollo puede verse afectado, al igual que su salud y rendimiento académico.
- Tener horarios de comida establecidos: para procurar un buen desarrollo y funcionamiento físico y mental los niños no solo deben comer sanamente sino en horarios establecidos los cuales permitan a su cuerpo funcionar sin contratiempo. Largos periodos de ayuno interfieren con su concentración, aumentan la predisposición a la diabetes y elevan los niveles de estrés en el cuerpo.
- Tener una rutina y lugar para hacer tareas: Cuando los niños trabajan en un horario determinado en casa y cuentan con un lugar adecuado para su edad, tamaño y los materiales necesarios, invierten mucho menos tiempo en realizar las tareas lo cual les permite concentrarse y posteriormente utilizar ese tiempo extra para jugar o descansar.
- Contar con rutinas para el aseo: Los niños que tienen establecidas rutinas para su cuidado dental e higiene corporal tienen mejor salud, pueden conciliar mejor el sueño y padecen menos estrés.
- Contar con tiempo de descanso y esparcimiento: no todo en la vida es trabajo y los niños requieren contar con tiempo libre para jugar y descansar. Hay que evitar agendar cada minuto de su día.
Para lograr esto ayuda mucho hacer equipo con tu pareja y comunicar las necesidades que tienen como familia y como individuos. Dividir las labores, asignar responsabilidades y establecer horarios y rutinas les permitirá a todos tener una mejor salud física y mental así como una convivencia familiar mucho más sana y equilibrada.
Amos, M. (2018). Become a better parent. Edición Kindle:https://leer.amazon.com.mx/?asin=B07KFPR16N
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