Como adultos a veces se nos olvida que es muy válido y necesario divertirnos. Estamos usualmente enrolados en la rutina, el trabajo, la casa, los hijos. Los tiempos de esparcimiento pueden estar relacionados con la fiesta infantil a la que se le invitó a tu hijo el fin de semana o el compromiso familiar que tienes ya que es el cumpleaños de tu cuñada. A veces suele suceder que supuestamente te das un espacio por ejemplo, para ir al cine, pero lo que pasa es que mientras estás viendo la película estás pensando en lo que tienes que hacer en el trabajo, lo que hay que llegar a hacer a casa o hasta vas repasando qué necesitas comprar del súper cuando salgan de ver la película.
Puede suceder que solemos estar más preocupados por que los niños estén divertidos y con algún plan para el fin de semana por lo que pasan las semanas y no salimos de la rutina y posponemos y posponemos aquello que en lo personal nos llama la atención hacer. Particularmente cuando tenemos niños pequeños pareciera que no tenemos tiempo para nosotros mismos, entre las responsabilidades y las horas en el trabajo se van los días, dejamos de ver a los amigos o incluso dejamos de lado nuestras propias actividades personales por falta de tiempo.
La realidad es que no todo es trabajo, sin embargo existen algunas empresas donde está mal visto que el empleado pida sus días vacacionales correspondientes. Como si se cometiera una falta o el jefe se enojara (hay algunos jefes que sí se llegan a molestar porque sus empleados piden lo que por ley les corresponde). La realidad es que todos necesitamos un descanso y diversión. De acuerdo con Amos, M. (2018) está comprobado que tomarse un descanso y tiempo lejos de la rutina ayuda a mejorar la eficacia y productividad de los empleados y ayuda a recargar energía.
Si tienes la posibilidad, haz uso de tus periodos vacacionales, para descansar o planear alguna salida o viaje con tu familia. Necesitamos romper la rutina de vez en cuando y el planear este tipo de actividades también generan una motivación a mediano plazo. Tendemos a ver las cosas a corto plazo cuando estamos inmersos en el quehacer cotidiano, a veces cuesta hasta trabajo planear estas pausas vacacionales por percibirlas muy lejanas en el tiempo, sin embargo es muy necesario hacerlo.
Una recomendación es que si tienes posibilidad de vacacionar (sean unos cuantos días o más, cerca o lejos de casa), cualquiera que sea tu posibilidad, realmente te conectes con la experiencia, es decir, enfócate en tu familia y deja el trabajo en la oficina. Evita llevarte computadora, revisar correos o recibir llamadas del trabajo (a menos que sean una verdadera emergencia y seas tu la única persona con poder para resolver). El darte tiempo de desconectarte te ayuda a reducir el estrés, mejorar tu salud y tu estado de ánimo. Te permitirá regresar a tus actividades con mayor energía y mejor actitud.
Tu familia también te agradecerá el que pases tiempo con ellos, verdadero tiempo de calidad, donde juntos puedan generar recuerdos y conectar unos con otros. Por otro lado, el divertirnos no es exclusivo de los periodos vacacionales. Podemos intencionar tiempo con las amistades, con los hijos, tiempos de descanso personal o incluso tiempo para consentirnos a nosotros mismos. Es importante no olvidarnos de nosotros, incluir estas acciones en nuestros planes a corto plazo y no dejarnos revolcar por la ola de la rutina y responsabilidades.
Referencia: Amos, M. (2018). Become a better parent. Edición Kindle: https://leer.amazon.com.mx/?asin=B07KFPR16N
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