Es sabido que la actividad física genera un importante beneficio en la salud y constantemente se escucha en los medios de comunicación y en recomendaciones de los especialistas de la salud la importancia que tiene practicar algún deporte y evitar el sedentarismo. En las escuelas está incluido el programa de educación física donde por lo menos dos veces por semana, como grupo, los niños son guiados por un profesor especialista en el tema para realizar activación física.  Algunas escuelas ofrecen entrenamientos deportivos dentro de sus instalaciones en horarios extra escolares. Algunas cuentan con equipos representativos en determinadas disciplinas y participan en competencias.

El objetivo de proporcionar estos espacios es brindar una gran cantidad de beneficios a los niños por medio del deporte. No se trata solo de activar el cuerpo, para muchos, el deporte puede volverse parte importante de su vida, promueve hábitos saludables, disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo. Puede darles sentido de pertenencia, les permite desarrollar su carácter, aumentar su autoestima y tener buena salud. Existen distintos tipos de deportes, aquellos que se practican en lo individual (ej. natación, esgrima, tiro con arco, etc) y otros tantos de manera grupal (ej. Volleybol, basketbol, futbol, etc.). Independientemente del tipo de deporte que desee practicar el niño, éste se convierte en un medio para trabajar la solidaridad ya que es un lugar seguro para demostrar afecto y actuar con respeto. Los niños al entrenar para alguna competencia aprenden a sacar lo mejor de ellos mismos, a trabajar con objetivos a largo plazo y a observar que casi todo lo que hace uno en la vida mejora con la práctica.

El deporte puede ser un lugar que no solo proporcione diversión, sino les permita descubrir y desarrollar habilidades, socializar fuera del ambiente escolar permitiéndoles generar nuevas amistades, especialmente cuando en su salón de clases se les dificulta hacer amigos.  Se trabaja la humildad al momento de triunfar en un partido o competencia, buscando ser buenos ganadores. Les ayuda a tolerar la frustración y les enseña a ser buenos perdedores en caso de no ganar. Por otro lado la práctica de algún deporte puede reunir a padres e hijos quienes comparten por medio de ese tema en común y les favorece pasar tiempo de calidad juntos. El deporte también puede unir a la comunidad, madres de familia conocen a otras mamás que llevan a sus hijos al entrenamiento, las familias pueden reunirse alrededor de un partido o competencia, se puede generar identidad de grupo como equipo, escuela, colonia, barrio, etc.

Como se puede apreciar, los beneficios de practicar deporte son muchos, sin embargo conforme los niños avanzan en su práctica y entrenamientos se debe cuidar en no caer dentro de modelos tóxicos del deporte. ¿Cuándo pueden generarse comportamientos poco saludables en relación al deporte? Existen distintas situaciones que pueden generar una rutina o estilo de vida que antes que beneficiar, perjudique a los niños en diversos contextos. Un ejemplo que se ve con frecuencia son los entrenamientos largos y frecuentes durante la semana que ocasionan que los niños inviertan una gran cantidad de tiempo en estas actividades. Si el objetivo es que el niño se convierta en un atleta de alto rendimiento, deberá seleccionarse la escuela que apoye al niño en esta decisión. Si no es así, se debe procurar un sano equilibrio en el manejo de los tiempos para no tener niños sobrecargados de actividades con poco tiempo para el descanso, el juego y el cumplimiento de sus tareas.

Otro riesgo en el que se puede caer conforme van creciendo los niños es centrarse en el perfeccionamiento del cuerpo, buscar ser puro músculo o procurar una cierta talla o peso, de manera que el objetivo de la práctica o entrenamiento que se tenía en un inicio, se pierda y se centre en el físico.  Otro riesgo más es caer en comportamientos de fanatismo y obsesión por figuras del deporte especialmente en varones donde las figuras deportivas no siempre pueden dar el mejor ejemplo.

El éxito puede ser peligroso, especialmente a una corta edad. Si un niño o niña parece ser una promesa en el futbol, beisbol, tenis, natación, etc. los adultos empiezan a interesarse en él o ella. Ser un héroe del deporte le da al niño o a la niña un sentido artificial de su propia importancia y la presión sobre ellos aumenta. ¿Qué pasa si se lesiona? ¿si llega al tope de sus posibilidades? ¿cuál será el rol de la escuela?¿cómo se podrá lograr el equilibrio de su tiempo? ¿cómo maneja la presión? Los niños con talento generan altas expectativas por lo que si no cumple, decepciona y esta es una carga emocional muy pesada y peligrosa para los pequeños.  Ser demasiado competitivo puede llegar a poner  en peligro al niño, despierta la agresividad y el ansia de ir más allá de los límites físicos.  La culpa es de los adultos quienes los convierten en fanáticos. Los niños solo quieren divertirse.

Hay que escoger un deporte a conciencia, vigilar que se practique debidamente y tener en cuenta que el deporte es para los niños, no al revés. También es importante recordar que no todos los niños están hechos para el deporte. Hay personalidades más interesadas en actividades artísticas, intelectuales, sociales, etc. Para estos niños la idea de un balón, un gimnasio, una competencia física puede ser menos que atractiva, incluso aversiva. Platiquemos con los niños, identifiquemos sus gustos, preguntémosles qué quieren y lo más importante, evitemos vivir a través de los hijos. Si el niño no desea practicar un deporte en específico, lo importante es que realice alguna actividad física, salir a caminar, andar en bicicleta, patinar, pasear a las mascotas. Como adultos podemos guiarlos en sus elecciones para lograr que ellos se desarrollen plenamente y a la vez disfruten ser niños.

 

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