Los niños y jóvenes van desarrollando su identidad y reconociéndose a sí mismos en relación con las personas que le rodean. Las principales figuras de autoridad en sus vidas (usualmente sus padres) son los referentes principales en cuanto a quiénes son, cómo comportarse, la adopción de sus creencias en relación con la vida y principalmente el concepto que tienen de ellos mismos.  El término autoconcepto[1] se refiere a la imagen que construye una persona sobre sí misma en relación a distintas variables como su apariencia física, su inteligencia, sus relaciones sociales y familiares, etc. Este concepto de sí mismo puede variar de acuerdo a las experiencias de vida que va teniendo la persona, fortaleciendolo o deteriorándolo según sean las consecuencias vividas.

La diferencia con la autoestima[2] es que ésta es la valoración que hace la persona sobre qué tan importante cree ser para sí misma y para el mundo. El autoconcepto influye directamente al autoestima y van de la mano a lo largo de la vida. Los niños y adolescentes son vulnerables en estos aspectos, requieren reconocimiento, respeto, amor y aprecio para crecer sanamente y con una percepción positiva de ellos mismos. En el mundo de los adultos lamentablemente resulta sencillo olvidar que los niños tienen estas necesidades y que requieren ser vistos y escuchados también.

Desde temprana edad se pueden apreciar niños y jóvenes con poca creencia sobre ellos mismos, problemas para relacionarse con otros, elevados niveles de ansiedad y depresión y en los jóvenes la falta de motivación y claridad en cuanto a metas personales y proyecto de vida. Si hacemos conciencia que para criar adultos sanos debemos procurar infancias y adolescencias que les permitan a los niños y a los jóvenes tener interacciones positivas, logros, saberse escuchados y respetados entre otras cosas, podemos evitar muchos de los padecimientos a los que éstos se enfrentan desde una corta edad.

Como padres ¿qué debemos cuidar y a qué prestar atención para poder propiciar que nuestros hijos desarrollen un autoconcepto y una autoestima positiva? Sveningsson, C. (2019) sugiere seis conductas a intencionar dentro de las interacciones cotidianas con nuestros hijos:

  1. Prestarle atención a los niños: es fácil caer en la rutina, estar concentrados en preocupaciones cotidianas como el trabajo, las finanzas, los pendientes de la casa, etc. Muchos niños se llegan a vivir como extensiones de sus padres, teniendo que seguirlos y ajustarse a sus rutinas porque muchas veces no hay otra alternativa. Sin embargo ¿cuándo fue la última vez que le preguntaste a tu hijo cómo se sentía o qué opinaba sobre algún tema o situación en específico? ¿Cuándo fue la última vez que le permitiste elegir o simplemente lo escuchaste hablar y hablar sobre aquel tema importante del que te quería contar? Cuando hay otros hermanos en casa es fácil que los niños se sientan poco vistos por sus padres debido a las necesidades emergentes que se resuelven de manera cotidiana. Un niño que se siente visto, escuchado y respetado será un joven y adulto con un autoconcepto y autoestima fortalecidos y com mayor capacidad para resolver problemas y enfrentar retos en la vida.
  2. Reconocer y elogiar el proceso, no sólo el resultado: Los niños y jóvenes están en constante crecimiento y aprendizaje. Pretender que lleven a cabo las cosas a la perfección y en poco tiempo puede resultar ser una expectativa poco realista. Al niño que se le exige perfección sin permitirle equivocarse, crecerá ansioso, temeroso y con dificultad para enfrentar nuevas experiencias por miedo al fracaso. Desde casa es necesario ir reconociendo sus avances, elogiar el proceso y no solo enfocarnos en el producto final.
  3. Conocer y apoyar qué le interesa a tu hijo: Con los avances en la tecnología y el acceso a tanta información de manera inmediata es sencillo perderse en un mundo de intereses, muchos de ellos nuevos para nosotros como padres. No nos tocó vivir en la era digital y muchas de las cosas y situaciones presentes en nuestra infancia y adolescencia prácticamente son inexistentes en la actualidad. ¿Cuántas veces el discurso del niño o el joven pareciera estar en otro idioma porque no tenemos idea sobre qué está hablando? Las brechas generacionales son mayores cada día y para reducirlas, requieren que como adultos invirtamos tiempo y energía para subirnos al tren de las tendencias más actuales que viven nuestros hijos. Debemos prestar atención para evitar descartar sus intereses e inquietudes simple y sencillamente porque no nos interesan o desconocemos sobre el tema. El poder compartir con tus hijos sus intereses no sólo les hace saber que les quieres sino que te permite monitorearlos y cuidarlos al estar al tanto de su entorno. También permite que el canal de comunicación entre ustedes exista tanto para lo trivial como para lo importante.
  4. Evita comparar a tu hijo: Todos somos diferentes, tenemos distintos gustos, habilidades, capacidades y ritmos de aprendizaje. Lo que a uno de los hermanos le sirve puede no servirle al otro. El hecho de que yo fuera capaz de hacer tal o cual cosa a su edad no significa que mi hijo también pueda hacerlo. Evitemos compararlo, respetemos su ritmo y su estilo, eso le dará mayor seguridad.
  5. Si vas a hacer una crítica, que sea constructiva: De repente pasa que solo nos enfocamos en el error o solo ponemos atención cuando hay una falla. Algunos niños piden atención a través de su conducta o calificaciones porque dicen que “si hacen las cosas bien no les dicen nada”. Reconozcamos los aciertos y los procesos, a nadie nos gusta que sólo nos esten señalando lo que hicimos mal.
  6. Proporciona disciplina consciente:  Es importante el balance entre el amor y límites. Poner límites es amarlos, los niños y jóvenes necesitan contención. Cuando nuestros hijos conocen los límites, saben qué se espera de ellos y viven las consecuencias acordes y congruentes a las faltas que cometen, crecen mucho más tranquilos y conscientes de su entorno. Se vale ser “el papá o la mamá más mala del mundo…:” ante los ojos de los niños, sin embargo, se saben amados y cuidados por nosotros.

Nuestro papel como padres es guiarlos, quererlos, reconocerlos, cuidarlos, apoyarlos y estar disponibles para dialogar y conocer qué les interesa. El reconocimiento que reciben de nuestra parte desde temprana edad irá ayudando a que generen confianza en ellos mismos, se sientan seguros y capaces de enfrentar al mundo y principalmente, que sepan que sus papás están para apoyarlos sin importar la edad que tengan.

Referencia:

Definición del autoconcepto en la adolescencia y la Infancia. Psicología Online, 7 de noviembre 2018. Consultado el 11 de febrero, 2020 en: https://www.psicologia-online.com/definicion-del-autoconcepto-en-la-adolescencia-y-la-infancia-1464.html

Sveningsson, C. (2019). Mindfulness para Niños. Una guía práctica para padres que desean ayudar a sus niños a cultivar la calma, ser felices, aumentar su autoestima y superar los desafíos del día a día. Kindle Edition: https://leer.amazon.com.mx/?asin=B07QXDCX47

Imagen: <a href=»https://www.freepik.es/fotos/libro»>Foto de Libro creado por freepik – www.freepik.es</a>